Fracasan antivacunas en su intento de paralizar Bruselas

BRUSELAS, Bélgica (EFE). – La protesta contra las restricciones sanitarias autodenominada «convoy de la libertad», que prendía paralizar Bruselas en un intento de trasladar a Europa un movimiento que bloquea Ottawa (Canadá), se saldó con ligeras perturbaciones de tráfico y un notable fracaso de organización y participación. Varios cientos de manifestantes, según los medios locales,

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Belgian police officers patrol next to a water cannon near an EU institution building ahead of a potential protest against coronavirus disease (COVID-19) restrictions called «Convoi Europeen de la Liberte 2022» («European Freedom Convoy 2022»), in Brussels, Belgium February 14, 2022. REUTERS/Yves Herman

BRUSELAS, Bélgica (EFE). – La protesta contra las restricciones sanitarias autodenominada «convoy de la libertad», que prendía paralizar Bruselas en un intento de trasladar a Europa un movimiento que bloquea Ottawa (Canadá), se saldó con ligeras perturbaciones de tráfico y un notable fracaso de organización y participación.

Varios cientos de manifestantes, según los medios locales, generaron este lunes perturbaciones menores en el tráfico en la capital belga, bajo la estrecha vigilancia de un millar de efectivos de policía que ya el domingo por la noche controlaban las entradas estratégicas de la ciudad.

Entre 400 y 500 vehículos, según declaró a la prensa el alcalde del distrito centro de Bruselas, Philippe Close, intentaron dar continuidad en la capital de Bélgica y sede de las instituciones de la Unión Europea a las manifestaciones que abortaron este fin de semana las fuerzas de seguridad de Países Bajos y Francia en La Haya y París, respectivamente, inspiradas todas por la contestación canadiense.

La protesta antirestricciones belga -que coincidía casualmente con la visita este lunes a las instituciones de la Unión Europea del presidente de Colombia, Iván Duque- aspiraba a tener mucha más repercusión que esas marchas de los países vecinos, presentándose precisamente como una marcha «europea».

Pero el poder de movilización alcanzado el lunes, en una convocatoria sin liderazgo claro, quedó lejos de otras protestas contra los protocolos sanitarios y los pases de vacunación organizadas recientemente en Bruselas, la más grande registrada en noviembre con unos 35.000 participantes, y preparadas con semanas de antelación por grupos de extrema derecha.

Las autoridades belgas se habían anticipado, prohibiendo hasta este martes las manifestaciones con vehículos motorizados en la capital con el argumento de que las protestas son perfectamente legales siempre que se convoquen a través de los cauces y procedimientos oficiales, pero no de manera improvisada.

Sí se había autorizado, no obstante, una congregación en un aparcamiento en un recinto ferial a las afueras de la capital para «una acción estática», donde se acercaron unos sesenta vehículos mientras que los agentes bloqueaban a los que intentaban acceder al centro de la ciudad.